
Café, conversación...

lunes, 24 de diciembre de 2007
Noche de Paz

sábado, 22 de diciembre de 2007
Final alternativo para "El Principito"

HERODES: Pues esto parece que ya está…
PRINCIPITO: No irás a dejarme aquí…
HERODES: Si te parece me quedo aquí en el puto desierto…
PRINCIPITO: (a punto de cogerse una rabieta pueril) Jo… ¡Pero todavía no me has dibujado el corderito!
Herodes no contesta. Echa una calada a su cigarrillo y vuelve a su trabajo. El principito pega una patada rabiosa al avión. El hombre se vuelve hacia el crío muy cabreado.
HERODES: ¿Pero quieres dejarme en paz, chaval?
PRINCIPITO: ¡Quiero que me pintes un corderito!
HERODES: Vamos a ver, chaval, me estás cabreando ya… búscate amigos… o unos padres…
PRINCIPITO: ¡Estoy en el desierto! ¡Eres el único…!
Herodes pasa del crío. Se da la vuelta otra vez para terminar de arreglar su avión. El chico al ver que no le hace ni puto caso agita un poco al aviador. Casi se le cae el cigarrillo de la boca pero lo coge al vuelo. Está ya por la mitad. Echa una calada larga y mientras suelta el humo dice:
HERODES: No te voy a dibujar el puto corderito, eres más ñoño que un jodido póster neocatecumenal ¿Me entiendes?
El principito se pone realmente furioso, se acerca al motor para intentar romperlo. El aviador le coge de los hombres y le empuja con fuerza hacia atrás tirándolo a la arena. Echa la última calada y tira el cigarrillo a la arena. El niño desde el suelo le sigue increpando:
PRINCIPITO: ¡Soy un príncipe! ¡Tienes que obedecerme!
Como si hubiera pronunciado unas palabras mágicas, el aviador pasa del mero pasotismo de antes a la furia carolingia (que es una furia de las de aúpa)
HERODES: Llevo una automática en el avión ¡Te advierto que como sigas tocándome los cojones te reviento!
El principito se levanta como alma que lleva el diablo y le hace un placaje al aviador que se empotra contra su avión haciendo que se balancee ligeramente. Forcejean un poco pero, lógicamente Herodes es más fuerte y logra empujarle aunque esta vez, no le tira al suelo. Entonces el principito desenvaina su sable y lo esgrime contra el hombre que logra esquivar los dos primeros golpes.
HERODES: Acabas de cagarla, chaval…
Rápidamente, Herodes mete un brazo en la cabina de conducción del avión y saca una automática. Antes de que el principito pueda reaccionar le dispara en la rodilla izquierda. El crío cae al suelo dolorido.
HERODES: ¡Venga! ¡Dibújame un corderito ahora! ¡Ten cojones!
PRINCIPITO: (retorciéndose de dolor y sollozando) ¡Eres un hongo! ¡Eres un hongo!...
HERODES: ¡Pídeme que dibuje un corderito!
PRINCIPITO: No que me vuelves a disparar…
Herodes revienta de otro tiro la rodilla derecha del chico que no para de aullar de dolor. Se enciende otro cigarrillo. De repente aparece EL REY, que cree gobernar todas las estrellas y que todos son sus súbditos.
REY: Hedddodezzz!!! Te odddddeno que padddezz!
Sin pensárselo dos veces, Herodes le suelta un disparo certero. Lleva el cigarrillo en la boca y no lo dejará durante el resto de la escena. El Rey cae fulminado dejando un reguero de sangre. El principito lo mira desencajado. De repente para de gritar. El aviador vuelve a su motor. Termina de apretar una tuerca y empiezan a dar vueltas las hélices del avión.
PRINCIPITO: (con un hilillo de voces) No te vayas… llévame contigo…
Herodes acerca la pistola a la cabeza del Principito y sin pensárselo dos veces, aprieta el gatillo.
HERODES: (torciendo la boca para no tirar el cigarrillo) Dibújame un corderito ahora…
Sube a su avión y se marcha.
viernes, 21 de diciembre de 2007
Derrota

(Foto: 7 de diciembre de 1970, combate entre Mohamed Ali y Ringo Bonavena en el Madison Square Garden, con victoria para el primero por KO en el último asalto)
domingo, 9 de diciembre de 2007
9 de diciembre
Las horas no eran las adecuadas, tal vez demasiado pronto, pero decidí entrar esperando que allí estuviera ya, disfrutando de su eterno bourbon, el mejor clarinete de la ciudad. Las chicas se agolpaban a la entrada, dejando una hendidura de labios por la que colarse en el establecimiento. Requisé con la mirada la mezcla de humo y brandy del ambiente, y continué hasta el cuarto reservado, justo antes de la vieja mesa de billar.
- No te esperaba aquí esta noche.
- ¿Cómo va Steve? -mi amigo estaba sentado, casi tumbado, y más que sorpresa yo diría que mi reciente aparición le había incomodado. - Te he traído algo.
Extendí sobre la mesa una caja de cartón, de las que se usan para envíos postales. Un sorbo, un rápido movimiento de manos, la caja en sus rodillas ya abierta.
- ¿Qué cojones es esto? Un puñetero sombrero. ¿De dónde lo has sacado?
- Se lo quité a Bobby "el tintas" durante un registro en el este. Pensé que te gustaría como regalo de cumpleaños. Al fin y al cabo, los mentirosos, los magos, tenemos que tener a punto el último truco, y qué mejor que un sombrero.
-Sabes muy bien que odio que me toquen los que cuelgan. Y cada año apareces tú con tus gilipolleces. -hizo una pausa, mientras examinaba una fina etiqueta en el interior del sombrero.- Oye, John...gracias de todas formas. Es un cacharro estupendo.
- Anda, invítame a un whisky y estamos en paz.
---Feliz cumpleaños, Auggie---
viernes, 7 de diciembre de 2007
sábado, 1 de diciembre de 2007
Spiderman existe...

Una madre lloraba al ver su casa en llamas. Su hijo de 22 meses estaba dentro y para cuando llegaran los bomberos ya habría muerto pasto de las llamas. Fue entonces cuando apareció Riquelme, camiseta de Spiderman en ristre y la dijo: "¡No llores, no grites, yo la rescataré!" No la dejó tiempo para reaccionar. Cuando se quiso dar cuenta, el retaco de cinco años estaba con el bebé entre sus brazos. Los bomberos decían, horas después, que aquello había sido una operación de alto riesgo. De esas que sólo es capaz de hacer un profesional, y con dificultad. Pero a veces, el hábito hace al monje, y el joven Spiderman nos demostró a todos que los cojones de un hombre son el arma más valiosa del mundo. Y que quien diga que los seres humanos somos malos por naturaleza no tiene ni puta idea. Quizás un poco “hijos de puta” pero que todos tenemos un Riquelme dentro, y sólo hacen falta pelotas para sacarlo fuera.
Desde ahora, cada vez que lea un cómic de Spiderman pensaré en ese crío. Dice que de mayor quiere ser bombero y no sé si será alguna de esas ideas que con el tiempo y la madurez van cambiando. Lo que está claro es que sea lo que sea, llegará lejos. Tiene pelotas.
lunes, 19 de noviembre de 2007
Cuando el corazón sangra...

Sí.
¿Me das fuego?
Toma.
...
¿Sabes que mañana atacamos la colina?
Sí.
Creí que nos iban a envíar refuerzos para eso.
Los refuerzos no van a llegar.
¿No?
Están bloqueados a unos cincuenta kilómetros.
Así que toda la colina para nosotros.
Debe ser muy importante.
Dicen que es vital. Un objetivo prioritario.
Igual que el puente de la semana pasada.
Ajá... ¿sabes quién la palmó allí?
No.
Mi hermano.
No jodas.
Pues sí. ¿Tienes otro cigarro?
Acabo de darte uno.
Es para más tarde.
Vaya tontería. Anda, fúmatelo ahora.
viernes, 16 de noviembre de 2007
El eterno secundario

domingo, 11 de noviembre de 2007
Adiós al "conservador izquierdista": Norman Mailer

jueves, 1 de noviembre de 2007
Hacia la frontera

Llevaba así un buen rato cuando llegó a los pies del único árbol que había en varios kilómetros. Un enorme pino al que habían podado totalmente. Tan sólo tenía una rama, hecha de cuerda, con un hombre colgando al extremo, el fruto de un árbol seco. Las manos atadas a la espalda, balanceándose en el aire. Tenía los ojos semicerrados y la lengua le asomaba entre los labios. La cara tenía el tono azul propio del que ha muerto ahogado. Había debido tardar unos veinte minutos o algo más.
Se quedó allí un rato, siguiendo el movimiento del cuerpo con los ojos. Entonces bajó la cabeza y miró a los pies del árbol. Sentado sobre sus cuartos traseros estaba un perro. Los ojos fijos en el cadáver. La mirada triste, el aspecto famélico.
Tomó el cigarrillo entre los dedos y lo mandó de un capirotazo al otro lado del camino. Cogió su cantimplora y bebió. Bajó del caballo, se echó agua en la mano y la extendió hacia el perro. Receloso al principio, el perro dio un par de pasos hacia atrás. No adelantó la mano ni hizo gesto alguno. El perro miró hacia el ajusticiado, como asaltado por un repentino recuerdo. Avanzó lentamente y bebió. Le hizo cosquillas en la mano con la lengua y después se sentó ante él, con la misma mirada triste.
Montó de nuevo y se llevó dos dedos al sombrero a modo de saludo. Golpeó ligeramente con los talones y emprendió el viaje de nuevo. No tardó en percatarse de que alguien le seguía. Se dio la vuelta, adivinando la respuesta antes de hacerse la pregunta. Allí estaba el perro, la mirada triste y apoyado sobre los cuartos traseros. Esbozó una media sonrisa y señaló algo. El perro siguió la trayectoria del dedo hasta el cuerpo que colgaba del árbol. Volvió a mirarle a él.
Se encogió de hombros y siguieron juntos su camino.
domingo, 28 de octubre de 2007
El príncipe negro

Su música es un reflejo de lo que fue su vida. Guitarras lastimeras aunque esté tocando una canción movida y una voz cínica y desapasionada. La biografía de Eugenne Vincent Craddock es corta y tortuosa, pero tampoco está llena de anécdotas inolvidables. Siempre fue considerado un artista de segunda. Nació en Norfolk, Virgina, en 1935 y ya de niño tocaba la guitarra. A las 17 años se metió en la armada pero un accidente de moto le jodió la pierna y tuvo que salir. El estado le indemnizó pagándole una pensión vitalicia con lo que ya no tuvo que volverse a preocupar de trabajar.
Ya que tenía esa estabilidad económica, decidió probar suerte en el mundo de la música. Total ¿Qué tenía que perder? Así que formó un grupo de rock llamado “The blue Caps” y firmó un contrato con Capitol Records para grabar su primer single. En la cara A venía la canción “Woman Love” y en la B, la que sería su primer gran éxito; “Be-bop-a-lula”. El grupo pasó a llamarse Gene Vincent and the blue caps y empezaron su carrera con un relativo éxito comercial. Éxito que no supieron mantener.
El estilo de Gene era excesivamente macarra para los gustos de la época, algunas letras eran demasiado duras para las quinceañeras que no podían bailar esos solos lastimeros de Cliff Gallup, que después sería sustituido por Johny Meeks. Pese a todo, fue de los primeros rockeros en aparecer en el cine con “The girl can´t help it” (1956) o “Whole lotta loving” (1957).
Sin embargo, Gene Vincent era cada vez más arisco e introvertido. Su pierna le dolía, y solo podía paliar su dolor con alcohol y aspirinas, que ingería en grandes cantidades. Bebía como el que más y sus valores eran bastante discutibles. En 1959, mientras conducía al lado de su amigo Eddie Cochram y su novia tuvo otro accidente que mató al bueno de Eddie (convirtiéndolo en una leyenda del rock) y agravó su lesión en la pierna dejándolo cojo de por vida.
The Blue Caps se disolvieron el día en que Gene quedó con ellos para pagarles y no apareció. Estaba en Alaska con una mujer y no aparecería hasta meses después, con una denuncia de sus ex compañeros u la prohibición de tocar en EEUU.
Marchó a Europa donde durante los años 60 tocó en giras con John Lennon, Cuck Berry o Jerry Lee Lewis y dio de que hablar por sus juicios con sus ex esposas, que eran bastantes. Su éxito iba disminuyendo por momentos y su alcoholismo era cada vez más grave. Así que con treinta y seis años, el 12 de octubre de 1971, murió de una úlcera sangrante en el estómago. Toda una leyenda a reivindicar. La del príncipe de los rebeldes, montado en su chopper, tupé al viento y música inolvidable.
martes, 23 de octubre de 2007
Vuelve el Capitán América, héroe de la libertad

jueves, 18 de octubre de 2007
Jesse James, el forajido de leyenda

viernes, 14 de septiembre de 2007
Vuelve el tipo de la camiseta hecha jirones

domingo, 9 de septiembre de 2007
Sam Spade va al instituto

jueves, 6 de septiembre de 2007
NOS QUITARON EL SEMÁFORO QUE NO LLEVA A NINGUNA PARTE
Desandando la tarde,
mi amigo y el suyo
flirtean con los carteles
que anuncian cine,
de vuelta a casa.
Cambiando de acera
como de cara se cambia un disco
cuando lo trazado
ha fundido a negro.
Nos quitaron el semáforo
que no lleva a ninguna parte,
sustituyéndolo por el orden lógico de las cosas,
del que nos reíamos cruzando allí la calle;
nos jugábamos el tipo y la noche
discutiendo en mesas con salpicones
de café con leche
para tener el honor
de regresar por caminos improvisados.
Y alguien ebrio de angustia y estrés
colocó allí un becuadro
a nuestra melodía privada.
E.G.
martes, 4 de septiembre de 2007
Cosas que odio
La gente que está en "oenegés"
Si hay una institución que ha sabido ganarse el afecto incondicional de todos, esa es sin duda la de las ONGs. Grupos organizados, desvinculados (al menos teóricamente) de cualquier brazo gubernamental que se dedican a “ayudar al prójimo”. Sus miembros son como el buen samaritano, solo que este era repudiado por la sociedad del momento y en este caso, hablamos de gente de bondad “intachable”. Esa es la palabra que les define; intachables. ¿Cómo puede ser malo alguien que dona gran parte de su salario a causas benéficas (a no ser, claro, que sea un malvado empresario, en ese caso “lo hace para comprar su alma) o que se va no-se-cuantos meses a Ecuador a sonarles los mocos a cuatro muertos de hambre? ¡Es un ejemplo a imitar!
Así es que todos, como gilipollas, les hemos otorgado el título de “buenas personas”. Hagan lo que hagan, no cuestionarán sus propios actos, ni se plantearán si lo que hacen está bien o mal. Porque se creen por encima de esa dicotomía. Mientras los demás dudamos como cualquier ser humano y luchamos día a día por intentar hacer lo que creemos que está bien, estos tipos tienen legitimidad moral para hacer lo que les salga. Si en algún momento se portan como un hijo de puta, tienen la bula de “yo también tengo derecho a ser malo, al menos por una vez”. ¡Ese es su razonamiento! El resto de los mortales que no entramos en los bancos de blanqueo de almas que son las “oenegés” somos malos y egoístas. Ellos no solo son buenos, sino que tienen una bondad por encima de la media. Así que sin en algún momento hacen algo malo, simplemente están comportándose -eventualmente- como un tipo normal. Así que siguen creyéndose por encima de los demás.
Para empezar, cualquiera con dos dedos de frente puede darse cuanta de que la buena obra de las oenegés no es más que un engaña-niños. Una forma estúpida de sentirte bien contigo mismo. Que los países no progresan porque se les acerquen cuatro “bollescaus” a sonarles la nariz. Que son sus propios habitantes el motor de su economía. ¿Nadie se ha preguntado que cómo habiendo tantísimos voluntarios, misioneros y gente de ese pelaje por el mundo, la situación en África sigue igual de jodida?
Sin embargo, los oenegeros se creen con el derecho a sermonearte. A decirte si eres o no un egoísta. Y tú tienes que joderte y transigir. Mientras, ellos campan a sus anchas, manipulan, joden, putean y en cuanto alguien se lo echa en cara se escudan en la superioridad moral que les da su ridículo carnet de SED, Médicos sin Fronteras o su putísima madre. No solo eso; se creen con más derechos que los demás. Niños buenos en un mundo negro, lleno de avaricia y capitalismo por doquier. ¿No son voluntarios? ¿No se supone que su trabajo lo hacen de forma solidaria y sin pedir nada a cambio? La respuesta es no. Si todos los seres humanos somos unos hijos de puta, ellos además, son unos mentirosos.
Y a ellos va dedicado este post. Espero que muchos de esos samaritanos me lean. Porque a VOSOTROS va especialmente dirigido este mensaje ¡QUE OS JODAN!
viernes, 31 de agosto de 2007
La camiseta de Bruce Willis

Yipi ka yey, hijo de puta.
martes, 28 de agosto de 2007
Cosas que odio

Hoy voy a hablar de otra cosa que odio. Me gusta hablar de cosas que odio porque todos odiamos algo. Todos sin excepción. Pero hay una serie de tipejos, de títeres, de caricaturas que pretenden fingir no odiar nada.
Si, todos sabéis a que me refiero. A la típica niña con la sonrisa impresa en su jodida cara bonita. La niña con la ropa de colores alegres, con la voz alegre, con la mirada alegre, incluso con su puto culo alegre a la que todo la parece bien. Que nunca está enfadada. Que cae bien a todo el mundo. Que podría llegar Hitler, explicarla todo lo que le gusta hacer a los judíos y que ella esbozara su sonrisita falsa y un "¡Que interesante! ¡Como mola", con esa voz infantil que tan bien sabe poner.
Creo que ya nos situamos. Todos conocemos alguna de estas criaturas. Hijas de la corrección política, del flower power y de su putísima madre. Que confunden tener una menta abierta con carecer de criterio.
Encima es acojonante ver como en cualquier sitio donde estén, a todo el mundo se les cae la baba. Por que, huelga decir que todas estas chicas tampax tienen un cuerpo escultural. Tal vez con poco pecho pero si un vientre bien moldeado, carita infantil y algún que otro piercing en alguna parte del cuerpo. Porque llevar piercings es "guay". Y no llevarlos "también es guay". Porque todo "mola".
Pero en realidad no os dejéis engañar. No. Tan solo es un papel el que interpretan. Un papel estereotipado que da buen resultado. Y lo peor es que sabe Dios que cojones hay tras esa máscara de "buen rollito". Pero algo hay. Detrás de esa sonrisa falsa, más falsa que el alma de Judas hay una mujer que odia cosas, como todos. Que puede estar pensando "¡Menudo gilipollas" cuando te mira a la cara, pero que nunca lo sabrás.
Y cuando alguien oculta algo, es porque tiene algo que ocultar. Y las cosas que se ocultan suelen ser cosas que es mejor que no se sepan porque son aberrantes. Así que es más que probable que alguna tipeja de estas oculte algo malo, peor que lo que podamos tener cualquiera de nosotros, con nuestras miserias, nuestra mierda y nuestras manías.
Por eso no me fío de nadie que sea tan "alegre". Porque creo que es gente que puede ocultar las más sórdidas facetas de la condición humana tras su velo de optimismo. Puede ser que esté pensando en someterte, seducirte, beberse tu alma y tu esencia para después, cuando se aburra de ti, partirte el corazón y dejarte jodido en la silla de alguna cafetería cualquier domingo de madrugada mientras te lanza su encantadora sonrisa.
Es gente patética a la par que peligrosa.
sábado, 25 de agosto de 2007
Cosas que odio
Sabéis todos a que me refiero. A todos esos profesores, tipejos que salen por la TV, colegas, compañeros de trabajo, capullos en definitiva, que se ponen a hablar de cosas "picantes". Se creen muy modernos por ser capaz de charlar sobre pollas, tetas, culos y todo ese rollo sin ruborizarse, sin sentirse violentos, ni usar "tapujos", ni pedir discretamente que se cambie de tema de conversación.
Pero en realidad todo eso es mentira. En realidad se sienten tan avergonzados como los que más. Y pretenden disimularlo pero se les nota. No usan tapujos. Se limitan a pronunciar mal las palabras que en su opinión suenan más fuertes. Especialmente la palabra "sexo", que pasa a convertirse en "seso", por que suena menos provocadora.
Cuando la pronuncian, piensan que te están haciendo creer que el error de pronunciación es debido a que nos saben pronunciar bien la "x". Así inundan su discurso de "sesos" y "homosesuales". Lo repiten, reinciden, parece que les gustara como suena. Quieren demostrarte lo jodidamente modernos que son. Les parece muy provocador hacerlo. Creen que si algún antiguo les oye, se va a escandalizar por oírles. Por que piensan que la palabra "sexo", o "seso", es en sí una provocación. Por eso se autocensuran y sustituyen la primera por la segunda. Y aun así creen ser muy transgresores. Pero realmente son unos subnormales.
A mi no me escandalizan. Ni siquiera me dan nauseas. Simplemente me hacen reír. Cada vez que oigo a un soplapollas –porque no merece mejor calificativo- decir "seso", una y otra vez, aunque no venga a cuento, me descojono de él y pienso "menudo soplapollas, que se avergüenza de su condición de retrogrado y pretende ponerse la careta de moderno".
Entiendo a un retrógrado que se acepta a sí mismo. Que cuando la conversación le molesta, lo hace notar de una forma educada o que procura tratar los temas más fuertes de una forma elegante, evitando expresiones mal sonantes y alusiones desafortunadas. Pero no soporto al trasnochado que me intenta vender ser el más moderno del mundo. Se engaña a sí mismo y pretende engañar a los demás. Y eso es patético. Eso es una mentira de persona. Una vida de mentira.
Los que pronuncian "seso" en lugar de "sexo" son personas de mentira. Son patéticos.
jueves, 23 de agosto de 2007
El trago que nos dejamos en la botella

martes, 21 de agosto de 2007
Humo, azar... SMOKE

jueves, 16 de agosto de 2007
That´s all right Mama

En menos de vinte años se convirtió en uno de los símbolos más importantes del siglo XX. Un antes y un después en la música popular que de repente, pasó a convertirse en un verdadero fenómeno de masas. Podríamos decir además, que este joven de Tupelo fué el precursor de el “cocktail” de “rock y sexo” que tanto juego le han sacado las pop Stars y las boy-bands de los noventa (Spice Girls, Take that, Britney Spears…). Porque los bailes sensuales y estrambóticos de Paulina Rubio y compañía no son más que la evolución de aquellos movimientos de cadera que escandalizaron a los sectores más retrógrados de la sociedad americana de la época.
Personalmente, mi historia con Elvis comenzó un día de todos los santos de 1995, cuando aburrido en mi casa, a mis ocho años, rebuscaba en un cajón de cassetes viejos de mis padres y encontraba una grabación en la que venía escrito a mano “Cara A: ELVIS PRESLEY/Cara B: THE BEATLES”. Pasó a convertirse en “mi cinta”. La música que sonaba una y otra vez en mi habitación. En cuanto acababa el “Rock de la cárcel (Jailhouse rock)” rebobinaba la cinta para volver a oírlo; así hasta el infinito (y más allá). De esta forma, Elvis se convirtió en uno de mis modelos masculinos a imitar. Me peinaba como el, intentando remarcar lo más posible un improvisado tupé que después mi madre me remodelaba para que no llamara demasiado la atención. Con el tiempo fui creciendo y madurando, sin embargo aún conservo ese tupé que –como todo el que me conoce sabe- forma ya parte de mi fisonomía.
Así que hoy he pensado que debía hacerle un pequeño homenaje en el estanco a este personaje tan significativo para mí. Y por eso a todos los que me estéis leyendo, os rogaría, pincharais el link que pongo a continuación y encendierais vuestros altavoces.
lunes, 13 de agosto de 2007
Una noche en Tintín
Tintín sería un fantástico bar/discoteca de no ser por la atronadora e incesante música (aunque parezca contradictorio, dicen los expertos que eso es melodía), la más que tenue luz azulada, la escasez de sillas y la densidad de gente. Bueno, tampoco echaría de menos una decoración algo más cuidada y menos de antro. De la música hablo otro día… El caso es que me planto en el tugurio. Gracias a Dios, el tipo de la puerta no me ve cara de niño y ni me pide “deneí” ni me obliga a dejarme ensuciar la mano con un ridículo sello. A eso lo llamo suerte.
Como era de esperar, a la puerta me encuentro con otro colega de Nuevas Generaciones; charla típica de verano “¿Estudiando mucho?”, “Lo justo, jajaja”, “Bueno a ver si quedamos uno de estos días”. No avanzo dos pasos, me encuentro con otro; la misma operación. Consigo llegar al fondo. Grito atronador “Rodriiiii”, abrazos, besos… en fin, lo que se espera para recibir a un amigo que acaba de volver de la India. Conversamos lo que nos deja el incesante ruido, al calor de un cigarrillo traído del mismo Bangalore (son más cortos que los nuestros, especialmente los filtros). Pido una cerveza. Me pringo los brazos del agua/ron-coca-cola/destornillador/otras tirados en la barra (¿es que los camareros no saben que de vez en cuando viene bien pasar un trapito?) y vuelvo a donde mi amigo. Intentamos reanudar la conversación pero ya es imposible. Al ruido se unen sus hormonas y las de su novia. Y ante eso uno no tiene nada que hacer más que pulular de nuevo por el bar (las otras chicas que nos acompañaban habían desaparecido momentáneamente) a ver si me encuentro a algún pepero más. Lo encuentro. Nuevas charlas típicas estivales. Entre medias voy a la máquina a por tabaco. Prosigo las conversaciones, esta vez con un truja entre los dedos. Finalmente mi amigo me hace una seña. Nos vamos.
En esto que ya es la una y media. La peor hora para salir de ningún bar, porque te cae la maldición de peregrinar de un lado a otro del Centro para elegir de una puñetera vez a que otro sitio vas. Al final siempre acabas con tus huesos en algún banco de Fuente Dorada esperando a que poco a poco, la gente con la que vas vaya despidiéndose. Esta noche no fue distinto. Rodrigo, su novia, y yo acompañamos a una amiga suya a su casa, de ahí, la parejita se fue por su cuenta y yo me quedé solo. Es el sino del eterno sujeta-velas. Que siempre vuelves solo a casa.
miércoles, 8 de agosto de 2007
"Final Cut" para Blade Runner

"Replicante": Robot con apariencia completamente humana. Tras un sangriento motín, fueron declarados ilegales en la Tierra.
"Blade runner": Cuerpo especial de policía encargado de encontrar y retirar a los replicantes que se hallan en la Tierra.
Tercer asalto (y esperamos definitivo) para la obra maestra de la ciencia ficción dirigida por Ridley Scott. Estrenada en 1982, el film adapta la novela de Philip K. Dick "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?". Se trata, sin embargo, de una adaptación bastante libre, llegando Scott a admitir que no había leído el libro. El título proviene de una novela de Alan Nourse, en la cual se inspiró William Burroughs para escribir un guión que nunca se rodó.
La película presenta una sociedad futurista distópica a través de su visión de la ciudad de Los Ángeles en el 2019 (la fecha planteada originalmente era el 2020, no obstante se eligió la otra fecha, a fin de mostrar un futuro imperfecto) que sufre de superpoblación y en la que se hallan en busca y captura cuatro replicantes capaces de todo. Ante esta situación, la policía decide acudir a Rick Deckard (Harrison Ford) quien se ha retirado de la profesión. Deckard, una especie de Philip Marlowe futurista, acepta a regañadientes, tras conocer a una bella replicante de un modelo perfeccionado, en el que se han implantado recuerdos para que desarrolle una respuesta emocional. El film pasará entonces de ser una simple obra de ciencia ficción a convertirse en una profunda reflexión sobre lo que hace humano al hombre. Porque los replicantes son idénticos a los humanos, y a pesar de carecer de la capacidad para tener sentimientos, tras saber que su tiempo se acaba, han venido hasta la Tierra en busca de más vida. Así pues, ¿qué diferencia a un replicante de un humano?
Hasta aquí, nada motivaría que una película de hace 25 años apareciese en este blog. Sin embargo, ese es sólo el principio. Diez años después del estreno, es decir, en 1992 (año en el que se ambienta la novela), Ridley Scott sacó a la luz un nuevo montaje de la película, que llevaba por nombre "Director´s cut", con sensibles cambios respecto a la versión original, como la eliminación de la voz en off (impuesta por los productores), el corte del final feliz y, sobre todo, la insinuación de que Deckard pudiera ser un replicante. Esta posibilidad ya se mostraba en la versión original, pero de una forma un tanto velada.
Ahora, veinticinco años después de su estreno comercial, Scott vuelve al ataque con una nueva versión, titulada "Blade Runner: The final cut", y que será estrenada en el festival de cine de Venecia de 2007. Parece ser que el motivo es sacar a la luz metraje original que quedó en la sala de montaje, y centrarse especialmente en un sueño acerca de un unicornio que tiene Deckard, apuntando esta vez sin lugar a dudas que se trata de un replicante. Sin embargo, acerca de este hecho todavía hay polémica, ya que Harrison Ford lo niega.
Quizás esa sea una cuestión que debamos dilucidar cada uno en nuestro fuero interno, planteándonos qué significa en realidad ser humano. Quizás ese sea el verdadero mérito de Blade Runner.
lunes, 30 de julio de 2007
Sueños ante una caña

Barman: Oye, ¿has visto la película de esta tarde?
Cliente: (Sin prestarle mucha atención) No...
Barman: La mejor película que he visto. Las aventuras de Jeremiah Johnson. ¿La has visto?
Cliente: Pues no sé...
Barman: Joder, lo que me hubiera gustado a mí ser así. Medio indio, viviendo en la naturaleza, repartiendo hostias...
Cliente: ¿Hostias? ¿A quién?
Barman: A todos. A los osos, a los indios...
Entra un cliente, de rostro curtido.
Barman: Sí, el Jeremiah Johnson. Como ese que entra... ¿Qué pasa Jesusín? ¿Lo de siempre, un vinito? (Volviéndose al primer cliente) Y la semana que viene espero que echen la segunda parte, El regreso de Jeremiah Johnson, con más hostias...
Otro cliente: ¿Viene la caña o tengo que ir a buscarla?
Barman: ¿Ves? Si yo fuera el Jeremiah Johnson...
sábado, 28 de julio de 2007
Un año sin Mickey Spillane

Frank Morrison Spillane nació en 1918 en el barrio neoyorkino de Brooklyn, hijo de un camarero católico y una presbiteriana, donde leyó a clásicos como Dumas además de cientos de comics, lo que influyó claramente en su estilo "pulp". Spillane alternó sus estudios en la universidad con la redacción de guines de cómics: se trataba de las primeras aventuras del Capitán Marvel, el archiconocido Capitán América y, especialmente, Mike Danger, un detective que cumplía su cometido en el espacio sideral. Este último constituye un verdadero antecedente de la que habría de ser su creación más importante: el detective Mike Hammer. Un personaje sádico, sexista, violento, brutal, anticomunista y cercano a la psicopatía. Cuando regresó a Nueva York tras la Segunda Guerra Mundial, en la que sirvió como intructor de las fuerzas aéreas, Spillane necesitaba dinero. Así, para sufragar los gastos de alquiler, en dos semanas creo a Hammer.
El resto es leyenda. Una saga protagonizada por su detective, varias películas basadas en sus obras (a destacar "El beso mortal", de Robert Aldrich), varias series de televisión (la más recordada, "La ciudad desnuda") y 140 millones de novelas vendidas en todo el mundo hablan por sí mismos. Hammer es el contrapunto de todos los detectives elegantes, alguien ante quien Sam Spade no pasa de vulgar chulo de playa y Phillip Marlowe aparece como una tremenda nenaza. Y es que Spillane no sólo creó un personaje inolvidable, sino todo un género. El "hard boiled" constituye una ruptura con toda la novela negra anterior, y un referente para la actualidad del género. El "hard boiled" proporciona un marco de sexo y violencia donde el detective es rebajado al mismo nivel que los delincuentes, empleando los mismos (y peores) métodos que éstos en su lucha contra el crimen. Sus motivos no son puros, como ocurría con sus antecesores. Ahora son sentimientos como la venganza y las ganas de desquite. Sus herramientas, los puños y las balas. Su método, disparar, volver a disparar y después preguntar.
Su novela "Yo, el jurado", primera de la saga de Hammer, vio la luz en unos días en los que la crítica literaria estaba tomada por los comunistas, por lo que no es de extrañar que el más anticomunista de los personajes de ficción y sus violentos métodos fueran masacrados sin piedad. Pero fue precisamente esos aspectos cuestionados los que conectaron con el gran público, y provocaron que la novela fuera un éxito de ventas.
Sus historias, plagadas de tiroteos y palizas, también cuentan con mujeres de infarto, entre las que destaca la única a la que Hammer quiso, su secretaria Velda, cuyo secuestro provoca la intriga acontecida en "El beso mortal" (1952). Dicen las malas (o buenas) lenguas que la segunda mujer de Spillane, Sherri Malinou, fue la chica de la portada de varias ediciones, y el propio autor llegó a interpretar a su personaje en el cine.
Espero que estas palabras sirvan para recordar a la que fue la pluma más brutal de la novela negra (con permiso de James Ellroy) un año y once días después de que nos abandonara. Hasta siempre, Mickey.
jueves, 26 de julio de 2007
Enemigo público Nº1
25 de Julio de 2007, festividad de Santiago, día 1 tras la captura del Enemigo Público Nº1. En un bar con nombre de novela negra, la clientela del estanco disfruta de unas cañas y el placer de la conversación. Una pregunta interrumpe la charla. "¿Tenéis un euro?" Entonces empieza la típica explicación digna de un programa de Iker Jiménez: "es que soy de un pueblo, y necesito coger el bus y..." La respuesta, tres miradas perdidas y un escueto "no", no convence al tipo, y acudimos al truco. No, lo sentimos, tenemos lo justo para las cañas, blablabla. Aún empeñado, sigue con el tema: "¿Monedas no? ¿Y algún billete?" Viendo que no va a obtener ningún resultado, se va disgustado.
¿Pero qué ha sido del atracador de toda la vida? ¿Adónde ha ido el temido: suelta la pasta o te mato? (La bolsa o la vida, si nos ponemos nostálgicos) Todos recordamos a Bonnie y Clyde, John Dillinger, Machine Gun Kelly o Baby Face Nelson, personajes famosos de la Gran Depresión. En nuestra memoria permanece el mítico Jesse James, inventor de los asaltos a los trenes. A nivel nacional, jamás olvidaremos al Lute. Vale, no fueron hombres buenos, vivieron saltándose la ley y su único sueño era robar el dinero a la gente. Pero eran los mejores en su trabajo, y eso siempre es digno de elogiar. El Solitario ha sido capturado y será juzgado por la justicia, porque esto ya no son los años treinta y no se lleva lo de freír a la gente a tiros. También se ha perdido aquello de morir con las botas puestas. Y ahora lo único que nos queda son gente que nos dice: "¿Me das un euro?", y ni siquiera se molesta en consequirlo.
Estoy de acuerdo contigo en casi todo, tío. Pero pienso que el Solitario sabía perfectamente que el momento de su captura era un hito en la historia policial de España y será narrado por algún guionista de cine algún día. Se estaba convirtiendo en un protagonista de la mitología criminal junto al Lute, el Vaquilla o Bonnie y Clyde. Un ejemplo a imitar por los de su profesión. Y es que ¿que le motivó a "El solitario" emprender su carrera delictiva? La razón no es otra que su propio ego. Si hubiera necesitado un "puñao de parné", con los primeros golpes habría llenado el calcetín lo justo como para dejarlo a tiempo. Sin embargo siguió. Había nacido para ello. Coleccionaba armas, cada vez buscaba objetivos más difíciles... y tenía su propio sello profesional. Eran atracos "de autor".
Finalmente consiguió lo que quería; tener a toda la policía detrás suyo. Ser el sueño de todo joven policía con ganas de ascender rápidamente y salir en todas las portadas de los medios. Quería hacer historia. Por eso, podríamos decir que murió con las botas puestas, o lo que es lo mismo, con la estima bien alto. Cayó como un grande, orgulloso, pavoneandose delante de sus captores y dándoles de que hablar. La traca final y el principio de su leyenda. Nos demostró a todos que hasta en los lugares más deplorables de la condición humana existe dignidad.
Fumar mata
Además no me creo que sea tan malo como lo pintan. De ser así todos los fumadores acabarían con cáncer ¿no? Nah… es todo una jodienda para acojonarnos. Como el efecto invernadero y toda esa mierda.
martes, 24 de julio de 2007
Cosas que no se venden

Escribe: Eduardo González
En fin, pregúntale a Auggie si te vende alguna de las fotografías de su álbum. Uno debe tener principios, ya lo sabes. Es preciso tener cuatro o cinco cosas claras, aunque sean absurdas, a las que aferrarse. Maldecir por un disco...¿a quién se le ocurre? Pero ya sabes cómo funciona el mundo, con futuros y pasados que te hacen avanzar. Y si dejo escapar ese pedazo de vida, ¿cómo voy a recuperarlo?.
Adelante, te invitaré a una copa para que escuches ese LP siempre que quieras, pero de esa oscura redondez no hay trueque. ¿Fetichista? Elige el adjetivo. Ya ves que es el mismo blues de siempre, no es nada imposible de encontrar por ahí. Como veas, si quieres seguir molestándote en ofrecer dinero a cambio, hazlo; nada más estéril.
Dinero por eso...
¿No te habrás vuelto loco, verdad?
Responde: Borja "Cowboy" Gil
¡Qué típico de nuestros días, confundir objetivismo con locura! Te agradezco la copa y ten por seguro que nos tomaremos unos tragos a la buena salud del genio de Cale. Pero esa no es la cuestión. Está claro que hemos de tener unos principios, ya que sin ellos no se puede ir ni a la vuelta de la esquina. Pero has de recordar que, si tú te mantienes en tus trece, los demás también. Tú tienes el objeto de deseo y, por lo tanto, la última palabra al respecto, pero eso, amigo mío, no te da el poder. Está claro que puedes negarte millones de veces, y posiblemente lo harás, pero eso no importa. Espero que seas consciente de que todos gastamos principios, y uno básico es que, si estás convencido de algo, debes llevarlo a las máximas consecuencias. ¿Qué sería de todos nosotros si nos rindiésemos a las primeras de cambio? El fracaso es el hijo de la falta de dedicación. Está claro que no vas a conseguir siempre lo que quieres (si así fuera, ¿dónde estaría la gracia?), pero intentándolo tal vez puedas atisbar un poco de felicidad. Ya no importa lo acertado que esté, porque, qué es más importante, ¿defender una teoría acertada o defender una teoría? Aunque está claro que esto, en los tiempos que corren, puede ser confundido con enfermedad mental digna de estudio. Ya sabes, en una sociedad loca, el hombre sano debe parecer enfermo.