Café, conversación...

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martes, 13 de enero de 2009

Hitchcock y la ineficacia


Siempre insisto en que es necesario echar un vistazo, y en su caso leer con detenimiento, los prólogos de los libros Se descubren cosas realmente interesantes, como en esta ocasión. Alfred Hitchcock escribió las palabras que siguen como prólogo al libro "Pausa para un crimen", en el que el cineasta publicó catorce relatos cortos de grandes autores del género de misterio. Verdaderamente, estoy convencido de que este hombre tenía un concepto muy particular de las personas y de la sociedad. Observen:

"Mi amigo Frockton se quejaba no hace mucho de la ineficacia. No de la suya, ciertamente. En el caso que nos ocupa, la ineficacia procedía del servicio de encargos por correo de un vivero de plantas. Lo que al final se convirtió para él en una experiencia angustiosa, comenzó el día que se le ocurrió encargar un seto. En su lugar, recibió un montón de asteres en plena floración que, de haber sido plantados habrían ocupado todo el estado de Rhode Island. La experiencia demuestra que cuando un disparate de tal calibre comienza no hay forma de ponerle fin. Las cartas de indignación que Frockton envió al vivero no dieron como resultado el envío del seto codiciado, sino el de cajas adicionales de flores no deseadas. Cuando el asunto por fin terminó, con la rendición de Frockton, éste estaba hasta el gorro de sus asteres, ya equilibrados en número por las enredaderas de madreselvas, las heliopsis y las azaleas.

Menciono la queja de Frockton porque me da la oportunidad de exponer una de mis más queridas convicciones. A saber, que la ineficacia, lejos de constituir una maldición, es una de las bendiciones más espléndidas que ha recibido la humanidad. La explicación es muy sencilla. La ineficacia mantiene ocupadas y remuneradas a personas que, de lo contrario, cometerían todo tipo de maldades. Estoy convencido: la alternativa a la ineficacia es el desempleo masivo.

Consideremos el asunto de Frockton. Supongamos que todo se hubiera producido de acuerdo con el plan establecido. Un trabajador del vivero recibe el encargo de Frockton, toma nota y lo cursa. ya tenemos una persona que al menos ha sido empleada productivamente durante diez minutos. La eficacia está servida. Pero ¿con qué objeto? El hombre se había comportado como un autómata sin otra finalidad que la de lograr que Frockton recibiera su seto antes de que cayesen las primeras heladas asesinas.

Especulemos ahora con lo que realmente sucedió. El Empleado Número Uno recibe el encargo de Frockton. En ese momento está haciendo el diagrama de una entrada en forma de T para el Empleado Número Dos, un entusiasta del fútbol americano, y utiliza el papel de Frockton para representar un placaje. En el choque consiguiente de los dos equipos, hay un cierto número de pedidos que resultan lesionados, por así decirlo, el de Frockton entre ellos. Y cuando se recomponen ya no son lo que eran. Por consiguiente, un señor de Utah recibe el seto de Frockton, y éste, como ya sabemos, es el receptor de los asteres del caballero de Utah.

Lo que para Utah y Frockton no es más que una tragedia insignificante, para la humanidad, insisto, representa un pequelo paso adelante. En lugar de un empleado, han sido dos los implicados de manera activa, y, acaso lo mejor de todo, se ha consumido una hora y cuarto de un molesto excedente de tiempo.

En su debido momento, el Empleado Número Tres de la sección de pedidos por correo del vivero, cuya obligación es responder a las airadas quejas de los clientes, recibe la carta de Frockton. Entonces se pone en contacto con el Empleado Número Uno, quien de inmediato consulta al Empleado Número Dos. Trabajando los tres en equipo averiguan la causa del error. Se examinan con atención todos los pedidos y se reúnen todas las piezas como corresponde. Si éstas encajan, hay que creer que se ha solucionado el problema. El seto de Frockton se envía rápidamente -a una señora de Ohio- y el caballero de Utah recibe una carta en la que se le presentan excusas, junto con un paquete repleto de picea azul. Y, como ya sabemos, un fardo de las mejores madreselvas llega a casa de Frockton.

Así, tres empleados han estado implicados en se meritorio esfuerzo al tiempo que se ha dado una utilidad constructiva a un día que, de lo contrario, habría sido totalmente estéril.

No have falta imaginación alguna para adivinar la causa de que a Frockton le enviaran finalmente las heliopsis y las azaleas -y de que sorprendidos jardinaros de todos el país encontrases en sus respectivos buzones los setos de Frockton en el correo de la mañana-. Podemos conjeturar que, cuando la segunda carta en que Frockton mostraba su contrariedad llegó al vivero, el equipo de cargos medios de la organización tomó las riendas del asunto. Decidió poner en marcha estudios relativos al tiempo y a la acción, que fueron realizados por los Empleados Cuatro a Once. A los Empleados Doce a Diecinueve se les encargó que constituyeran una unidad de contrainteligencia que investigase la posibilidad de que los "errores" fueran el resultado de alguna clase de espionaje industrial.

Y, por supuesto, cuando llegó la tercera carta de Frockton se desató la crisis. Entonces decidió intervenir la gerencia, se reorganizó todo el cuadro directivo de los niveles medios hacia abajo, y el nuevo equipo tomó la trascendente decisión de mover tres pasos a la izquierda el refrigerador de agua.

Por lo tanto, graicas a la ineficacia, innumerables empleados estuvieron ocupados durante meses, lo que a mi juicio demuestra con bastante claridad que en un mundo tan enormemente superpoblado el número de chapuceros nunca es suficiente."

6 comentarios:

oliver sotos gonzález dijo...

¿Y estas son palabras del mago del suspense? Se podía haber dedicado perfectamente al humor. Eso es ironía.

Un saludo, Óliver.

Anónimo dijo...

¡¡Viva el Funcionariado!! ¡Cuanto más, mejor! :P

Yomismo dijo...

Colosal.

Duncan de Gross dijo...

jajaja, la verdad es que si, la ineficacia es muy común...De hecho, tanto Darwin, como Einstein, Asimov y otros tantos dijeron en su día: "Existimos porque la naturaleza es ineficaz", y no les faltaba razón...Qué podemos esperar...Un saludete Mr. Wren!!!

Tumulario dijo...

Magnifico, ya se porque en casa de mis padres habia tres setos uno detras de otro.
En serio Hitchcock fué un genio en todo lo que hizo

Anónimo dijo...

Casi se ha montado un libro con tan experiencia, xD, qué maestro y lo sorprendente es que es entretenidísimo, este hombre es dios.