Café, conversación...

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martes, 2 de septiembre de 2008

Hollywood, Michael Connelly esta vez



...así que me dirigí hacia el oeste por Hollywood Boulevard. Apenas había pasado por allí desde mi retiro y quería visitar mi antiguo territorio. Según el periódico estaba cambiando y quería verlo por mí mismo.


El asfalto del bulevar relucía al sol, pero las fachadas de las tiendas y los edificios de oficinas cerca de Vine Street dormitaban bajo la pátina de medio siglo de smog. No había allí ninguna diferencia. Pero una vez pasado Cahuenga y al meterme en Highland, vi que cobraba vida el nuevo Hollywood: nuevos hoteles -y no estoy hablando de los que alquilaban habitaciones por horas-, cines, centros populares y sucursales de los principales restaurantes de categoría. Las calles y las aceras esataban repletas; las estrellas incrustadas en las aceras, pulidas. Era más seguro y más limpio, pero menos genuino.


"Luz perdida", capítulo 34.

6 comentarios:

Luis Amézaga dijo...

Me enganchado tarde a la luz perdida. Tendré que echar un vistazo al archivo.

Duncan de Gross dijo...

Harry Bosch y el submundo de Los Ángeles... Lo conozco por alguna referencia literaria, me lo apuntaré para lecturas navideñas;-)

Bito dijo...

Bueno, nunca he estado por allí... pero imagino que la sensación de la que hablas será real, puesto que con la edad (la nuestra) todo parece ir perdiendo genui... (no hay sustantivo)... en fin, pureza.

Un saludo,

Anónimo dijo...

Aunque a veces cambie para mejor, siempre uno siente esa pena de no volver a verlo como cuando uno era más joven, como uno está acostumbrado.

Laura dijo...

Yo tengo esa sensación cuando hacen obras en una plaza,que he conocido toda mi vida del mismo modo, y me la modernizan. No es lo mismo.
Besos.

Unknown dijo...

Conozco esa sensación... siempre cuesta asumir los cambios... bicos!