Café, conversación...

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domingo, 14 de febrero de 2010

Unchained

(Para leer con la siguiente canción como fondo musical)





- ¿Qué hay, Maldonado?
- Al fin de vuelta, Jose.
- Ya era hora. Bueno, ¿qué tal lo llevas?

Es curioso. Nunca imaginé algo así de él, pero no puedo dudar de que se alegró de verme de nuevo, después de esas semanas en blanco. Algo pude advertir cuando entré en el bar aquella tarde. Estaba casi vacío. Yo acababa de volver a ponerme en marcha y quise celebrarlo pasando a saludar a Jose.

- ¿Te pongo un botellín?
- Ya lo tienes casi abierto. A tu salud, Jose.

Se movió a la derecha, rápido, atento a un cliente que pedía pagar. Volvió con una bayeta, y empezó a limpiar la barra a un par de metros. Vació un cenicero. Siempre enredaba unos segundos antes de decirme algo, como si le diera vergüenza.

- Bueno. ¿Quieres escuchar algo?
- Pues no sé. ¿Conservas tu viejo popurrí de Cash?
- Claro, hombre. ¿Cuál te pongo?
- Déjalo sonar.

Atravesó la puerta hacia el sanctasanctórum, el cuarto donde tenía los discos. Jamás he entrado, pero supongo que será algo digno de ver. La primera pista comenzó a sonar.

- Ahí está: Ring of fire. 1963.

Sonaron otros clásicos. I walk the line, Folsom Prison Blues, I got stripes. Jose seguía allí, sacando brillo al acero de la barra, sirviendo café, fregando los cacharros que iba recogiendo. No paraba quieto. De vez en cuando se acercaba, bailaba alrededor, y me comentaba algo de la canción, mientras me ofrecía otro platito de aceitunas.

- La que viene ahora es más tranquila. Casi es una oración. A ver si te gusta.

Sonaron aplausos, le vi asentir con la cabeza, y se marchó a ponerle un zumo a un tipo de traje. Era una melodía triste, y Johnny cantaba seguro, apretando los dientes. He sido un ingrato, he sido imprudente. Inquieto desde la cuna. Ahora me doy cuenta de lo difícil que resulta ver el arco iris con estos cristales oscuros. Tal vez lo consiga a partir de ahora, de rodillas. Soy débil, y soy vanidoso. Quítame este peso de encima. Haz que mi espíritu no tenga cadenas.

- Es bonita. –lo dije muy quedo, y no sé si me oyó.
- Esta era Unchained. La 15 del disco.-entonces dejó la bayeta un momento, y miró hacia la ventana del fondo.- Me trae muchos recuerdos. Tenía puesto este disco cuando dieron la noticia por la televisión. Sábado era. Cabrones. Un pobre muchacho...

Enseguida supe de qué estaba hablando. Hubo un largo silencio, como el de aquel día. Cuando salí del bar seguía limpiando la barra. Despacio, casi sin fuerzas.

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