Café, conversación...

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sábado, 25 de abril de 2009

Revolución


Me sacudí un clavel del hombro y entré en el bar en el que me había estado escondiendo durante una década. Era peor que en la calle. Los gritos de libertad y los claveles lo inundaban todo. A base de empujones llegué al rincón de siempre. Manuel ya estaba allí, bebiendo champán.

- ¡Viva la libertad y la revolución! -estalló al verme.

- Viva, supongo.

Pedí lo de siempre y me acoplé como pude, apoyado en la pared, para evitar los codazos de un grupo que reía detrás de mí.

- ¿Supones? Pero muchacho, ¿qué te pasa? Hoy es fiesta nacional. No, mejor, es fiesta popular. Porque hoy, chico, el poder es nuestro, de todos los que ahora ves. Hoy es un día grande.

- Así que el poder es de todos nosotros. De todos los que estoy viendo, ¿no? Y dime, ¿qué se supone que vamos a hacer ahora con todo ese poder?

- Está claro. La democracia. Las cosa van a cambiar.

- ¿Tú crees?

Me miró extrañado. No podía comprender que alguien no compartiese su alegría. Tomé un buen trago y me acerqué para que me oyera mejor.

- Mira, ahora todo el mundo está contento. Vale, sí, ese cabrón ya no está y todo el mundo puede hacer lo que le de la gana. Y a todos se les llena la boca cuando hablan de democracia. Joder, ¿es que no te das cuenta de que cambiamos una cosa por otra? En cuanto se establezca tu querida democracia, unos tipos con trajes muy caros se sentarán en esos sillones y dirán lo que le conviene al pueblo, mientras se llenan los bolsillos y se limpian el culo con la justicia, amparándose en la legalidad que les cobija. En cuanto lleguen al poder, harán las leyes a su antojo y ya está jodida tu querida libertad.

- Entonces, ¿crees que el ejército ha hecho mal?

- Mal, precisamente, no. Pero sí creo que han perdido el tiempo.

Me miró con reproche mientras se terminaba su copa de un sólo trago y se servía otra.

- Joder, según tú, ¿había que seguir como hasta ahora?

- Pero si es que vas a seguir parecido. ¿Crees que las cosas van a cambiar de un día para otro? Mira, la policía seguirá siendo la misma, sólo que será otro el que lleve la correa. Y en cuanto a lo demás, quizá cambie algo. Puede que te den algo de libertad, pero sólo cuando lo crean conveniente, y siempre que sirva para ganar votos.

Me miró largamente y sonrió. Alzó su copa hacía mí y brindó:

- Que te jodan.

Pedimos otra.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Viva, supongo"

Me encanto XD

Lei por ahi (de un ex :P) que las revoluciones siempre van a ser sueños eternos. (De verdad deseo que no sea una frase de mi ex)

Y amén.

El punto es tomarlo con humor (ja!)

Küsse!!

Irene dijo...

y yo también pido otra y brindo: por usted Mr.Wren porque me ha encantado... y por toda esa libertad con la que no sabemos qué hacer, pero que seguramente no nos dejarán utilizar... por la contradicción y la revolución!!

abulico dijo...

Y cuanta razón tiene!!!

Cuanto más tiempo pasa, menos creo en la utilidad de la democracia.

Un gran post Auggie! de donde se extrae este diálogo?

Garrós dijo...

señoe wren, llevaba sin pasar por aquí séculos y no me había dado cuenta de que lo echaba de menos!

un abrazo desde un fumador impulsivo para redactar impuslsos lascivos