Café, conversación...

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miércoles, 8 de octubre de 2008

La triste historia del Miguelín


"Ese es uno de los tipos más listos que he conocido. Bueno, ese cuando tenía diecisiete años, diecisiete, ¿eh? ya era gerente de una planta de La Casera... así que imagínate... claro, al final lo echaron, aquello se convirtió en un caos. No de organización, eh, que el tipo sabía hacer las cosas, sino de dinero, porque ese se llevaba todo lo que podía... Luego, luego lo llevaron a otra empresa, una de herramientas y maquinaria... Joder chico, era un fenómeno, veinte años después todavía se acordaba de la referencia de todos los artículos de memoria.

Pero claro, allí tampoco duró, y entonces nos lo trajeron para acá. ¿Sabes qué? Se llevaba todo lo que podía, pero nosotros estábamos como nunca. Bueno, el tío nos llevaba de juerga, a cenar... casi todas las semanas nos llevaba a cenar, por cuenta de él, ¿eh? Pero a restaurantes de los buenos. Bueno, alguno se comió tres kilos de almejas, y porque no quiso más, que si no... Y después de cenar, de juerga. Que me acuerdo de un día que acabamos de cenar, nos fuimos después a tomar copas, y copa va, copa viene, acabamos en un club que había antes por el centro, el Long John. Total, que estábamos allí y uno estaba junto a la puerta. Una de las chicas pasó y éste que si la tocó que si no la tocó que si tal y que si cual, total queacabamos allí rodeados de todos los chulos del mundo y yo ya veía que nos iban a inflar a hostias... y entonces llegó éste. Porque eso sí, éste se conocía a todo el mundo, y habló con el de seguridad y todos para casa.

Pero claro, aquello no podía durar. ¿Que por qué? Pues porque ese con ciento cincuenta mil pelas, de las de hace casi treinta años, ¿eh? no tenía para sus gastos personales del mes, más luego lo que necesitara para la mujer, los hijos y todo lo demás. Y al final, pues terminó mal, ¿cómo iba a terminar? Se mató en un accidente de coche. Aunque dicen que, donde se mató, lo más fácil es que se matara a propósito. Era una recta... vamos, que ahí no se ha salido nadie en la vida, menos éste, claro. El Miguelín... joder, menudo tipo."

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Auggie, una historia conmovedora. Y es que cuando eres tan, tan, tan crack... ¿para qué vivir, no?

sb dijo...

vive deprisa y muere joven.. hay gente así, que prefiere salirse en la línea recta que esperar para ver lo que hay al final del camino.

Laura dijo...

¡MIguelín! Si, le recuerdo...a su entierro fueron muchísimas personas, ya sabes, de las de traje y corbata. Todos tan serios dando la mano a su viuda.
Había otras gentes. Querían, pero no pasaban desapercibidas. Les delataban los brillos de sus pañuelos en la solapa del traje para ellos. Las uñas pintadas de rojo de las señoras.
Era Miguelín un buen tipo. Eso dijeron todos.

Duncan de Gross dijo...

De esa clase de tipos, como el "Miguelin" que describes, he conocido a un par, y la verdad, es que uno acabó igual que tu "Miguelin", y el otro desapareció de la noche a la mañana... Muy buena historia, un saludin.

Anónimo dijo...

Y al final... ¿quién lloró por él? quizá su mujer y sus hijos, desde luego estoy segura de que ninguno a los que pagaba las copas y las cenas, una persona que vive así... me da que por dentro está vacía, demasiado dinero para tan poca alma.

Un saludo.

eva dijo...

cuantos miguelines hay así por la vida, y todos acaban de forma parecida. Muy buena historia y gracias por pasarte por mi blog.
Besitos

La Pequeña Candi dijo...

UN BONITO RELATO...
UN SALUDO!

Unknown dijo...

Para darle de comer aparte, vamos... muy buena la historia. bicos