Café, conversación...

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miércoles, 22 de octubre de 2008

En cada bar...


"Había un tipo triste junto al mostrador del bar hablándole al encargado, quien limpiaba un espejo y escuchaba con esa sonrisa plástica que usa la gente cuando trata de no gritar. El cliente era de mediana edad, bien vestido y estaba borracho. Quería hablar y no habría dejado de hacerlo aunque realmente no hubiera tenido deseos de hablar. Era amable y amistoso, y cuando yo lo oi no parecía tartamudear mucho, pero uno se daba cuenta de que se agarrabaa ala botella y sólo la dejaba cuando se quedaba dormido por la noche. Así sería para el resto de su vida; su vida era todo eso. Nunca se sabría cómo había llegado a ello, porque aunque él lo contara, no sería verdad. Cuando más, una distorsionada versión de la realidad, tal como él la conocía. Hay un hombre triste como aquél en cada bar tranquilo del mundo."

"El largo adiós", Raymond Chandler.

1952

13 comentarios:

Duncan de Gross dijo...

Mmmm, no sería Hank Bukowski aquel cliente en uno de sus días habituales... ;)

La Pequeña Candi dijo...

Todos hemos observado a algún tipo de estos alguna vez...
Un saludo!

sb dijo...

lo malo es que, a veces, no sólo observamos a ese tipo.. a veces lo somos ...

Anónimo dijo...

Alguna vez me gustaría irme yo sola así, a un bar cualquiera de Madrid, y quedarme en la barra con mis pensamientos y la música de fondo durante horas... (lo malo es que alguna vez que he estado sola esperando a alguien un ratito siempre hay algún babosín que no te quita ojo, si fuera un tío no tendría estos problemas, pero vaya, igual este viernes voy y lo hago, qué idea me has dado)

Tumulario dijo...

Raymond Chandler. Que recuerdos para quien de acercó a la literatura con una colección de novela negra.
Cuantas veces fuí yo el que se agarraba a la botella, hasta que vino un hada y me dió su aliento.

Laura dijo...

Cosa bien cierta, aunque la mayoría de las veces no es un tipo amable, sino un pesado bien borde.
Besos.

Sol - Estaré siempre dijo...

Si ... es verdad a veces nos quedamos observando a algunas personas y se las ve con sus miradas perdidas pensando en quien sabe que...
Un beso!!!

Irene dijo...

Pues no sé... yo también he tenido mis momentos de tristeza sentada en un taburete en una barra de bar, y sí muchas veces había bebido bastante...
Supongo que te pierdes en tu mundo, no? y el alcohol no ayuda precisamente a salir de él.

Anónimo dijo...

Y tanto contar mentiras, uno se las acaba creyendo, incluso cuando cree contar la realidad está mintiendo.

Almas perdidas dejadas de la mano de Dios, tratadas a patadas.

En cuántas barras me habré apoyado yo sola, con mi cerveza, un cigarro y pensando en mi dolor, distorsionando la realidad para que parezca que no duele tanto.

Lupe Montero dijo...

Lo malo es cuando el tipo triste se pasa con la bebida y se pone a ser el plasta tocapelotas del bar de turno... je, je,je que todos nos lo hemos topado alguna vez ¿verdad?

Anónimo dijo...

Siempre hay uno...

... no mas comentarios.

Küsse!!

jm dijo...

Pues sí, en cada bar se puede encontrar gente así

Un saludo

Desde Barna con amor dijo...

"De todos los bares del mundo, tuvo que entrar en el mío"

Ese es otro buen motivo para aislarse de la vida y ahogar las penas...

Qué grandes momentos cinematográficos y literarios nos dá esa imagen...

Un saludo

eva