Café, conversación...

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viernes, 18 de diciembre de 2009

He dicho que no se fuma, leches

Queridos clientes, amigos, se acabó lo que se daba. Ya se sabe: Año Nuevo, vida vieja.

Porque volvemos a lo de siempre, a practicar la imposición, tan española distracción. Aquí los que mandan no pasan las horas en un despacho jugando al minigolf, con la corbata floja y sin pantalones, como en los States. ¡Qué va! Aquí nos gusta meter el dedo en el ojo del prójimo. Mínimo una vez a la semana, que si no se nos atrofian la envidia y la mala leche. Y para eso el Gobierno -los gobiernos, no se crean que aquí hay demasiada diferencia- está el primero de la lista. ¿Fastidiar al ciudadano? Me apunto. Esta tarde tengo un hueco.

El año 2010 nos trae, gracias a la intercesión del presidente Rodríguez, una nueva prohibición. Nada de fumar en bares, restaurantes, peluquerías, tiendas de cómics, joyerías o talleres mecánicos. Fin del negocio. A fumar a la calle. Y estando agradecidos, a ver si el año que viene se nos calienta y nos da por restringir el tabaco al ámbito casero.¡Arrestro domiciliario, oiga! ¡Personajes siniestros estos fumadores! Pase que algunos no tengan ni pizca de educación, y es verdad que te atufan. Pero una cosa es una cosa, y seis media docena, que dicen en mi pueblo.

Por cierto, que no quiero ser malvado, pero teníamos algún que otro asuntillo prioritario por resolver en este país, ¿no? Sí, hombre, esto de los parados y tal. Bueno, para otro momento. ¡A seguir bien, fenómeno!


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