
Café, conversación...

lunes, 24 de diciembre de 2007
Noche de Paz

sábado, 22 de diciembre de 2007
Final alternativo para "El Principito"

HERODES: Pues esto parece que ya está…
PRINCIPITO: No irás a dejarme aquí…
HERODES: Si te parece me quedo aquí en el puto desierto…
PRINCIPITO: (a punto de cogerse una rabieta pueril) Jo… ¡Pero todavía no me has dibujado el corderito!
Herodes no contesta. Echa una calada a su cigarrillo y vuelve a su trabajo. El principito pega una patada rabiosa al avión. El hombre se vuelve hacia el crío muy cabreado.
HERODES: ¿Pero quieres dejarme en paz, chaval?
PRINCIPITO: ¡Quiero que me pintes un corderito!
HERODES: Vamos a ver, chaval, me estás cabreando ya… búscate amigos… o unos padres…
PRINCIPITO: ¡Estoy en el desierto! ¡Eres el único…!
Herodes pasa del crío. Se da la vuelta otra vez para terminar de arreglar su avión. El chico al ver que no le hace ni puto caso agita un poco al aviador. Casi se le cae el cigarrillo de la boca pero lo coge al vuelo. Está ya por la mitad. Echa una calada larga y mientras suelta el humo dice:
HERODES: No te voy a dibujar el puto corderito, eres más ñoño que un jodido póster neocatecumenal ¿Me entiendes?
El principito se pone realmente furioso, se acerca al motor para intentar romperlo. El aviador le coge de los hombres y le empuja con fuerza hacia atrás tirándolo a la arena. Echa la última calada y tira el cigarrillo a la arena. El niño desde el suelo le sigue increpando:
PRINCIPITO: ¡Soy un príncipe! ¡Tienes que obedecerme!
Como si hubiera pronunciado unas palabras mágicas, el aviador pasa del mero pasotismo de antes a la furia carolingia (que es una furia de las de aúpa)
HERODES: Llevo una automática en el avión ¡Te advierto que como sigas tocándome los cojones te reviento!
El principito se levanta como alma que lleva el diablo y le hace un placaje al aviador que se empotra contra su avión haciendo que se balancee ligeramente. Forcejean un poco pero, lógicamente Herodes es más fuerte y logra empujarle aunque esta vez, no le tira al suelo. Entonces el principito desenvaina su sable y lo esgrime contra el hombre que logra esquivar los dos primeros golpes.
HERODES: Acabas de cagarla, chaval…
Rápidamente, Herodes mete un brazo en la cabina de conducción del avión y saca una automática. Antes de que el principito pueda reaccionar le dispara en la rodilla izquierda. El crío cae al suelo dolorido.
HERODES: ¡Venga! ¡Dibújame un corderito ahora! ¡Ten cojones!
PRINCIPITO: (retorciéndose de dolor y sollozando) ¡Eres un hongo! ¡Eres un hongo!...
HERODES: ¡Pídeme que dibuje un corderito!
PRINCIPITO: No que me vuelves a disparar…
Herodes revienta de otro tiro la rodilla derecha del chico que no para de aullar de dolor. Se enciende otro cigarrillo. De repente aparece EL REY, que cree gobernar todas las estrellas y que todos son sus súbditos.
REY: Hedddodezzz!!! Te odddddeno que padddezz!
Sin pensárselo dos veces, Herodes le suelta un disparo certero. Lleva el cigarrillo en la boca y no lo dejará durante el resto de la escena. El Rey cae fulminado dejando un reguero de sangre. El principito lo mira desencajado. De repente para de gritar. El aviador vuelve a su motor. Termina de apretar una tuerca y empiezan a dar vueltas las hélices del avión.
PRINCIPITO: (con un hilillo de voces) No te vayas… llévame contigo…
Herodes acerca la pistola a la cabeza del Principito y sin pensárselo dos veces, aprieta el gatillo.
HERODES: (torciendo la boca para no tirar el cigarrillo) Dibújame un corderito ahora…
Sube a su avión y se marcha.
viernes, 21 de diciembre de 2007
Derrota

(Foto: 7 de diciembre de 1970, combate entre Mohamed Ali y Ringo Bonavena en el Madison Square Garden, con victoria para el primero por KO en el último asalto)
domingo, 9 de diciembre de 2007
9 de diciembre
Las horas no eran las adecuadas, tal vez demasiado pronto, pero decidí entrar esperando que allí estuviera ya, disfrutando de su eterno bourbon, el mejor clarinete de la ciudad. Las chicas se agolpaban a la entrada, dejando una hendidura de labios por la que colarse en el establecimiento. Requisé con la mirada la mezcla de humo y brandy del ambiente, y continué hasta el cuarto reservado, justo antes de la vieja mesa de billar.
- No te esperaba aquí esta noche.
- ¿Cómo va Steve? -mi amigo estaba sentado, casi tumbado, y más que sorpresa yo diría que mi reciente aparición le había incomodado. - Te he traído algo.
Extendí sobre la mesa una caja de cartón, de las que se usan para envíos postales. Un sorbo, un rápido movimiento de manos, la caja en sus rodillas ya abierta.
- ¿Qué cojones es esto? Un puñetero sombrero. ¿De dónde lo has sacado?
- Se lo quité a Bobby "el tintas" durante un registro en el este. Pensé que te gustaría como regalo de cumpleaños. Al fin y al cabo, los mentirosos, los magos, tenemos que tener a punto el último truco, y qué mejor que un sombrero.
-Sabes muy bien que odio que me toquen los que cuelgan. Y cada año apareces tú con tus gilipolleces. -hizo una pausa, mientras examinaba una fina etiqueta en el interior del sombrero.- Oye, John...gracias de todas formas. Es un cacharro estupendo.
- Anda, invítame a un whisky y estamos en paz.
---Feliz cumpleaños, Auggie---
viernes, 7 de diciembre de 2007
sábado, 1 de diciembre de 2007
Spiderman existe...

Una madre lloraba al ver su casa en llamas. Su hijo de 22 meses estaba dentro y para cuando llegaran los bomberos ya habría muerto pasto de las llamas. Fue entonces cuando apareció Riquelme, camiseta de Spiderman en ristre y la dijo: "¡No llores, no grites, yo la rescataré!" No la dejó tiempo para reaccionar. Cuando se quiso dar cuenta, el retaco de cinco años estaba con el bebé entre sus brazos. Los bomberos decían, horas después, que aquello había sido una operación de alto riesgo. De esas que sólo es capaz de hacer un profesional, y con dificultad. Pero a veces, el hábito hace al monje, y el joven Spiderman nos demostró a todos que los cojones de un hombre son el arma más valiosa del mundo. Y que quien diga que los seres humanos somos malos por naturaleza no tiene ni puta idea. Quizás un poco “hijos de puta” pero que todos tenemos un Riquelme dentro, y sólo hacen falta pelotas para sacarlo fuera.
Desde ahora, cada vez que lea un cómic de Spiderman pensaré en ese crío. Dice que de mayor quiere ser bombero y no sé si será alguna de esas ideas que con el tiempo y la madurez van cambiando. Lo que está claro es que sea lo que sea, llegará lejos. Tiene pelotas.