Café, conversación...

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martes, 1 de junio de 2010

El periodista deportivo

No suelo leer el Marca. Como culé que soy (sí, después de tanto tiempo Auggie vuelve para resolver uno de los grandes misterios: soy del Barça) me suele provocar urticaria. Pero el domingo el problema no fue mi equipo favorito, sino ser un simple ciudadano. En la contraportada, al lado de una columna en la que por enésima vez se podía leer que Mourinho representa poco menos que la segunda venida de Jesucristo, Miguel Serrano se atrevía a tratar el tema de las suculentas primas que recibirán los jugadores de "La Roja" (visto así parece que sean del fantástico país de la coca-cola, y no de España), por lo visto, hasta 500.000 euros por barba si alzan la copa. Un abuso, diría cualquiera. Qué se han creído estos. Por dar pataditas a un balón, los muy listos; los ponía yo a cavar zanjas, etc. Pues no, lejos de eso, Serrano defiende, con chascarrillos incluidos, que unos tíos que ya reciben unos sueldos muy por encima de la media (aunque al paso que vamos, recibir un sueldo ya está por encima de la media) se lleven un dinero que, además, según dice, no está para construir carreteras ni hospitales.
Lo que más me sorprende del artículo de Serrano es su comienzo. El tema surge en una charla con un hostelero amigo suyo. Esto le sitúa (por muy bien posicionado que esté el hostelero) en un terreno común a todos los ciudadanos de a pie, la charla de bar con el amigo de turno, es decir, le sitúa a nuestro nivel, ya es uno de los nuestros. Es entonces cuando viene la sorpresa, porque lejos de adoptar la actitud típica, Serrano nos da la puñalada, se vuelve contra nosotros y nos dice que eso está muy bien, que el fútbol es así y que al que no le guste que se despilfarre el dinero de la federación, sencillamente, que se joda.
Hay quien dirá que es lo que nos merecemos, que al fin y al cabo este es un país de borregos a los que les importa más quién gane la Liga o el próximo entrenador del Real Madrid que el hecho de que aumente la cola del paro o que nuestros políticos no den la talla. Ahí sí que tengo que darle la razón a Serrano, y es que el fútbol está para hacernos olvidar todas esas cosas. Así que por favor, señores de la Federación, no traigan lo malo de la política al deporte. Y, señor Serrano, no les siga la pelota, por mucho deporte que sea.

4 comentarios:

Nikaperucita dijo...

Tiene esta entrada un aire de reflexión cercana que me gusta :P
Pues yo también soy medio culé... (con la boca chica, antes no lo era. Chaquetera :D).

Auggie Wren dijo...

Aunque seas una conversa, te doy la bienvenida al "¿culeísmo?"

Sláinte.

La Pequeña Candi dijo...

Pues a mi me sigue pareciendo una barbaridad, por mucho dinero privado que sea...
SEMPER FIDELIS.

Beauseant dijo...

No estoy seguro, pero entiendo que ese dinero ha salido de los patrocinios (todos los anuncios en los que han salido los jugadores) y los que han organizado el evento. Si es así no hay mucho que discutir, porque además pagarán una buena cantidad de impuestos por ello que de otra forma no veríamos, ¿no?